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La ultima bebida de cereza. [ST]

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HeyLinkListen's avatar
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Naruto y sus personajes son obra de Masashi Kishimoto. Lo único que me pertenece es la idea y la historia, las cuales hago sin ánimo de lucro, con el fin de entretenerme y entretener a quien quiera leerla.

Nota de la autora
: ¡Hola! Hace mucho que no publico nada y vengo con un nuevo FanFic de mi pareja preferida, ShikaTema. De verdad que los adoro y si soy sincera Shikamaru me tiene algo obsesionada xD, esa sensualidad no es normal señores, no lo es.

PostData: Si os gusta ésta pareja, administro una página de Facebook genial donde colgamos un montón de fotos ShikaTema, sobre Shikadai y más. La página se llama "Shikatema A Love Story" por si estáis interesados.

Sin más, un saludo y espero que os agrade la historia.


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La última bebida de cereza.

Pov Temari.


No era raro que la gente me viera por las calles de Konoha, acostumbraba a pasearme por allí últimamente debido al clima, era agradable. Me apetecían unos dangos y salí del hotel para comprar unos y quizás alguna bebida de cereza, nunca la había tomado y era la sensación del momento en Konoha, espero que no estén agotadas.

Entré a la tienda y agradecí enormemente el frescor que había dentro, pues en pleno verano aunque Konoha era un clima agradable, el calor se apoderaba de la ciudad, y no quiero pensar cómo se está en Suna. Me encamino a comprar unos dangos ya hechos, no me apetece esperar... Un momento ¿Ese no es él? Noto una especie de angustia en mi estómago y el calor que se me había ido al entrar a la tienda, vuelve al verlo a él.

—¿Qué haces aquí, vago?— Se gira para mirarme y le veo bebiéndose a por lo que había venido. —E-esa bebida...— Miro el estante y está vacío. ¡Era la última! Frunzo el ceño y antes de que pueda decir algo más me sonríe y me guiña un ojo de tal manera que mi corazón da un vuelco y me quedo estática ahí mismo. Ríe por lo bajo y me pasa por mi izquierda para ir a la caja.

Tartamudeo sin decir nada coherente siguiéndolo con la mirada, girando mi cuerpo para ver como se marchaba por al puerta después de pagar la bebida. —¡Estúpido!— Grito para mí, pero desgraciadamente el vendedor me escuchó y me miró algo cabreado. Agacho la cabeza y voy a él para pagar los dangos, después del numerito que he montado, qué menos que compensar.

Salgo de la tienda con los dangos envueltos en papel transparente y los pego a mi pecho sin llegar a chafarlos. Suspiro resignada y busco con la mirada a ese estúpido niño, mocoso y engreído que me ha robado la última bebida que quedaba en la maldita tienda. Lo diviso sentado en un banco no muy lejos de allí y me encamino hacia él.

—Bebé llorón ¿No tienes nada que hacer hoy, o qué?— Sus ojos están cerrados, al igual que su boca, respira tranquilamente por la nariz y eso me estorba de sobremanera. ¿A qué tanto pasotismo? Bufo y me siento a su lado en el banco, abre un ojos para mirarme y sonríe.

—¿Qué tal todo?— Me pregunta, pero ni si quiera me digno a mirarle.

—Mal, me va mal porque he ido a comprar una maldita bebida de cereza y me has quitado la última.— Conforme iba hablando, mi voz se iba apagando pues noté algo en mis piernas y a mitad de la frase miré hacia ellas y me encontré con una lata de la bebida que quería. —¿Qué es ésto?— Pregunto tomándola en mis manos y mirándole.

—Me compré dos, porque eran las que quedaban, pero te regalo una.— Se estira en el banco y posteriormente guarda sus manos en los bolsillos mirándome con desgana. —Vamos, no me seas problemática y bebétela, es un regalo.— Bosteza y alza la vista hacia el cielo, mirando las nubes como de costumbre.

—N-no voy a aceptarlo porque...— Tartamudeo de nuevo sin tener en realidad nada que decir ¿Qué narices me pasa?

—¿Por qué? No tienes argumentos, tú la quieres yo te la doy, fin. Deja de ser tan problemática.— Se incorpora en el asiento y se gira un poco para quedar mirándome.

Cada vez estoy más nerviosa, no es que sea por él; será el calor ¿Verdad? Suspiro y abro la lata con algo de resignación pero agradeciéndole mentalmente el poder probar ésta estúpida bebida que tenía a todo el mundo loco. Le doy un pequeño sorbo y la saboreo, noto su mirada en mí, expectante de mi reacción dado a mi ímpetu por querer probar la bebida.

—Emh...— Doy otro sorbo y vuelvo a saborearla lentamente, haciendo pequeños chasquidos con la lengua, los cuales no pasan desapercibidos por el ninja de las sombras y se empieza a reír por lo bajito.

—¿Te gusta o no, mujer?— Ladea la cabeza con esa estúpida sonrisa, me quedo mirándole y sin quererlo me hundo en sus ojos increíblemente negros. Hago un amago de hablar, intentar salir de ese extraño trance en el que me ha hecho caer pero su dedo rozando mi labio superior me sobresalta más de lo que hubiera esperado.

—¡Lo siento!— Me disculpo al ver que le he manchado todo su peto verde. Él vuelve a reír y suspira intentando limpiarse con la mano.

—Sólo quería limpiarte un poco de bebida que tenías en la boca.— Agacho la cabeza avergonzada y al hacerlo miro que yo también me he manchado de la estúpida bebida que si lo llego a saber ni me molesto en abrir.

—Da igual, si yo también me he manchado.— Le imito intentando limpiarme con la mano, pero lo dejo estar, ya se secará con le calor del Sol.

—Eres muy problemática ¿Por qué te has quedado embobada?— Me pregunta con cara de curiosidad. ¿Qué se supone que debo decirle? "Shikamaru me he quedado embobada con tus ojos, me he perdido en ellos y creo que estoy enam..." Me sobresalto de mi mismo pensamiento. Le miro y miro al suelo repetidas veces, tratando de ocultar mi evidente sonrojo. Sostengo la bebida en las manos y la aprieto con fuerza al notar su mano en mi hombro.

—¿Sabes Temari? Me gusta estar contigo, me siento bien.— Su mano rodea mis hombros y su cuello acuna mi cabeza, me quedo ahí inmóvil durante lo que llegué a pensar que fueron minutos.

—A mí también me gusta estar contigo.— Lo que quiero decir como algo natural y de forma desinteresada, suena como un susurro de bebé mezclado con el nerviosismo de una quinceañera declarándose por primera vez a algún profesor mayor que ella. Pero en éste caso era una mujer de 20 años queriendo declararse a un estúpido niño de 17. —Shikamaru yo...— Las palabras se ahogan en mi garganta y me refugio en el hueco de su cuello, hundiendo mi rostro en él, intentando ocultarme del mundo y de él por ser tan estúpida de haberme enamorado como cualquier otra persona.

Noto sus brazos rodear mi cintura, pegándome más a él; un intento de hacerme sentir que no estoy sola supongo. Su respiración se apodera de mi sentido auditivo y se me eriza la piel al notarla tan cerca de mi oreja. Cierro los ojos fuertemente y paso mis manos por su pecho rodeando así su cuello, abrazándome a él.

—Me gustas, Temari.— Su susurro me hace perder el sentido y la noción del tiempo. Trago saliva y con una lágrima en el ojo diestro me separo de su amarre para enfrentarme a él, aunque no tardo en volver a cerrar los ojos fuertemente para intentar concentrarme en darle una respuesta; respuesta que nunca llegó pues mis labios se sellan con los suyos.

Mi corazón da un vuelco y mi respiración se corta en seco. Sin tener control de mi cuerpo, mis ojos se cierran y me pego a él aún más. Mi lengua le pide permiso para entrar en su boca y así poder encontrarse con la suya y para mi sorpresa él accede a darme ese gusto. Un jadeo se me escapa cuando sus manos me agarran más fuerte la cintura y me hacen quedar encima de él, en aquel banco.

—Shikamaru... ¿Qu-qué...?— Tartamudeo de nuevo como una idiota mirándole sonrojada, tanto que los tomates tendrían envidia de mi cara en este instante. Él ríe y me baja de sus piernas, volviendo a ponerme a su lado.

—Disuclpa, es que llevo mucho tiempo...— Me sonrojo al pensar en lo que está pensando, aparto la mirada y trago saliva. Vuelvo a mirarle y tiene los ojos cerrados con el rostro orientado hacia el cielo, hacia las nubes.

—P-podemos ir a mi hotel.— Sin siquiera aliento, lo digo de carrerilla. Le miro de reojo y me sonrojo aún más al ver como sus ojos se abren de golpe y sus mejillas se tornan de un gracioso tono rosado.

—Pero, no pretendo que tú... Si no quieres está bien por mí, quiero decir...— Le callo con un beso, le tomo la mano y nos levantamos del banco.

De camino al hotel busco una papelera para tirar la lata de cereza que anteriormente Shikamaru compró y los dangos derretidos y pastosos por el calor. Sonrío y la miro detenidamente antes de echarla. Ésta bebida será la sensación de Konoha en éste momento, pero para mí vas a ser indispensable durante mucho, mucho tiempo... Tiro la lata y troto hasta donde se encuentra Shikamaru.

Al llegar al hotel y cerrar la puerta, sus manos agarran mi cintura y nuestros labios vuelven a fundirse, pero ésta vez con una pasión que jamás habría pensado que tendría por nadie.
Arrow Bullet (Purple) - F2U!  La última bebida de cereza. II

¡Hola caracolas! Espero que os haya gustado este pequeño Fic sobre mi pareja preferida. Si recibo comentarios y alertas, quizás haga una segunda parte... Y supongo que ya sabréis de que tratará kukukú... De lo que pasa después de que se cierre la puerta del hotel. ¡Muahahá!

Sin más, me despido.

Un abrazo de chocolate y muchos besitos de dulce de leche. ¡Nos leemos en el siguiente capítulo hot si me dejáis algún que otro comentario!
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Comments3
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Dairen-Ryuu-Hino's avatar
Un placer leerte, linda owo

A eso yo le llamo... el calor hace estragos XD El calor es el culpable de que la pobre Temari tuviera desde el inicio el cerebro fundido, la perspicacia se pierde si uno está asándose jajaja.

Fue un lindo detalle el de Shikamaru compartir la cerveza extra, pero yo sé que eso fue plan con maña, se aprovechó de la evidente debilidad de Temari, me gustó. 

PD. Yo quiero saber que pasó después. Si el calor ya les había afectado, después de eso aun más, imagino yo. Jajajaja.